El aceite de trufa o aceite trufado, es un tipo de aceite cuya finalidad es brindarle un sabor distinto a los platillos, es decir, para proporcionar el sabor y el aroma de las trufas a un plato. Hierba con hojas suaves y pequeñas flores púrpuras o blancas que produce un aceite picante que se usa como aromatizante. Por fin, sintió ese vago e inexplicable placer que envuelve al ser moral como una nube envuelve al ser físico. El calor puede disipar su aroma y sabor, por lo que se recomienda añadirlo a los platos una vez cocinados o antes de servir. Como mejor se aprecia su aroma es en crudo, recién rallada sobre el plato. Trufa: Este ingrediente estrella aporta el característico aroma y sabor a la salsa tartufata, convirtiéndola en un manjar para los amantes de la cocina gourmet. Y uno de sus productos estrella es, sin duda, la trufa negra, conocida como el diamante negro.
Denominado Eco-Museo de la Trufa Centro de Interpretación de Metauten, en él es posible descubrir todos los secretos de un manjar tan singular, además de tratarse del único centro de interpretación en España que se encuentra dedicado exclusivamente al diamante negro. En el sitio web de Trufas del Nuevo Mundo ofrecen la cotización en su tienda virtual, con opciones que parten desde los 40 hasta los 150 gramos. Uno de los mejores lugares para conocer todo sobre el fascinante mundo de las trufas y saborearlas para apreciarlas en su justa medida es el Museo de la Trufa (Carretera de Ganuza, 1, 31241 Metauten, Navarra), ubicado en la comarca de Tierra Estella y rodeado de un entorno espectacular bajo la Sierra de Lokiz. Y para probar el diamante negro, no olvides reservar en La ventana de Lokiz, el espacio gastronómico del Museo de la Trufa que cuenta con un especial menú atrufado.
La localidad de Graus, en Huesca (Aragón), es otro de esos centros truferos en los que acertarás seguro para disfrutar del turismo de trufa y degustar los mejores platos. “Durante la vida de mis hijas, estoy bastante seguro de que se extinguirán”. Si los mendiants no fallan, las trufas de chocolate caseras son otro acierto seguro para los amantes del cacao. Pero ciertamente que ni el más consumado arbiter elegantiarum del tiempo de D. Álvaro de Luna supo tanto de atavíos y afeites mujeriles como manifiesta saber el capellán de D. Juan II, ni hay documento alguno tan importante como su libro para juzgar del extremo á que habían llegado el lujo y las artes del deleite en el siglo XV. Como regalo de boda, Eugenia le dio tres docenas perro de caza de trufas cubiertos. Eugenia fue a ponerse su sombrero de paja forrado de tafetán color rosa, y padre e hija bajaron por la tortuosa calle hasta la plaza. Recibe ese nombre por la coloración de su pulpa, que simula al color del marfil. El mercado trufero de Mora de Rubielos es uno de los más importantes del país. La lonja de este mercado se organiza entre noviembre y febrero y es donde se vende la recolección de las sierras y comarcas de la zona.
Durante el invierno abre de martes a viernes de 10:00 a 14:00 horas, mientras que los sábados y domingos cierra a las 14:30 horas. Agrega el tartufo congelado rallado durante la cocción y mantén la textura cremosa. Durante la temporada de trufas encontrarás en la mayoría de los restaurantes de la región que estas forman parte de todas las cartas. La sopa de trufa y yema, los huevos de corral con su puntilla y trufa, las delicias de acelgas rellenas de pato con trufa negra de Soria son ejemplo de ello. El empleo más tradicional es el de sus orígenes, en Italia, por ello es ideal sobre la “Fonduta”, sobre la pasta fresca, preferentemente tallarines al huevo, en el arroz a la piamontesa, en el “risotto”, sobre carpaccio, sobre la ensalada de boletos “ceps” (Boletus Edulis) y seta oronja “ou de reig” (Amanita Caesarea), o también sencillamente sobre huevos fritos. Con ello somos la cuarta generación de recolectores pero la primera como productores. Además, se organizan catas y degustaciones ideales para probarlas, así como talleres y concursos en torno a ellas.
